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sábado, 31 de mayo de 2014

El Aloe Vera o Sábila (1ª parte)

Aloe vera en flor
El aloe vera es una planta maravillosa, sencilla pero elegante, simple por fuera pero rica por dentro, silenciosa pero trabajadora y resistente, majestuosa y humilde a la vez, que pide poco y ofrece mucho.

En ella se da el extraño caso que sus usos comprobados científicamente sobrepasan a los tradicionales y para los que se publicita.

Se tiene constancia del uso del aloe desde al menos hace unos 5000 años, en lugares tan dispares como Egipto, la India y la civilización Maya. A mi me gusta pensar que debió ser utilizada por las civilizaciones Atlante y Lemuriana.

Como curiosidad, no hace tanto tiempo, Alejandro Magno (356-323 a.C.) conquistó la isla de Socotra para hacerse de las magníficas plantas de aloe que allí crecían. Y las plantó en carros para disponer de ellas en sus expediciones militares.


Otras variedades de aloe
No se trata de un cactus, como comúnmente se cree, sino de una liliácea. Existen muchas variedades de aloe, pero la más empleada para uso alimentario-terapéutico es el Aloe Barbadensis Miller, el que todos conocemos. En Latinoamérica se le conoce con el nombre de Sábila. Es curioso el nombre que recibe en japonés isha irasu, que significa "No se necesita doctor".

Composición - Propiedades

Se han estudiado más de 250 elementos activos, responsables de las propiedades del aloe. Los excelentes resultados que se obtienen con la planta son debidos a la sinergia, acción combinada y óptima de sus multiples componentes. Entre ellos destacamos:
Polisacaridos, que tienen un efectos estimulante sobre el crecimiento de los tejidos. Vitaminas: Caroteno y betacaroteno, B1, B2, B3, B6, B12, C, E, colina, ácido fólico.
Se han hallado más de 20 minerales esenciales en el aloe, que al ser de una fuente orgánica, son perfectamente asimilables, al contrario de los complementos adquiridos, que son prácticamente excretados en su totalidad, algunos son:
  • Cálcio y fósforo, imprescindibles en la formación y el desarrollo de los huesos.
  • Potasio, sodio y cloro, que se encuentran en una proporción equilibrada y controlan el equilibrio del agua y otros fluidos.
  • Otros minerales necesarios para el buen funcionamiento del organismo como: hierro, colina, magnesio, manganeso, zinc, cobre, cromo, ...
Capilares por donde circula la aloina
Aminoácidos. Contiene 7 de los 8 aminoácidos esenciales.
Enzimas: Lipasa, catalasa, bradikinasa, celulasa, proteolitiada, ...
Antraquinonas, como la aloína, que tiene un gran poder laxante y puede provocar contracciones uterinas (cuidado embarazadas), por lo que debemos tomar la pulpa sin aloína, esta es un exudado amarillento y con un olor fuerte y desagradable, que emana del anverso de la piel de las hojas de aloe.

Por lo tanto, el aloe nos sirve para mantener la salud, y lo podemos usar tanto para cuidado de la piel como para nutrirnos. Como decía Hipócrates: Qué tu alimento sea tu medicina y qué tu medicina sea tu alimento”.

Cultivo

Es una planta poco exigente, aunque prefiere tierra ligeramente ácida y con un buen drenaje.
Resiste las sequías, lo cual no quiere decir que no deba de regarse con regularidad, sobre todo en verano.
Hay dos formas de matar la planta:
  • Por encharcamiento, ya que esto provoca que se pudran las raíces.
  • Y por un frío extremo, cultivados en Granada resisten temperaturas de 0ºC, pero hay que protegerlos o llevarlos al interior cuando anuncian una ola de frío.
Les favorece el viento y lugares con corrientes de aire, y necesitan al menos un par de horas de luz solar, si son más mejor.

El trasplante se debería de llevar a cabo al menos una vez al año, para realizarlo se debe de evitar el invierno, ya que haríamos que le afectase más el frío. Con esta operación conseguimos varios objetivos:
Trasplantando aloe
  • Renovamos la tierra, mezclándole mantillo o estiercol (el de caballo va muy bien), de forma que la planta disponga de nutrientes renovados.
  •  Si la tenemos en tiesto, la ponemos en uno del tamaño adecuado a la planta.
  • Le quitamos los hijuelos, que después de que se les seque el corte podemos plantar.
  • A la planta madre le cortamos al menos la mitad de la raíz, de forma que al plantarla enterremos la parte del tronco que quedó sin hojas. El tronco se debe de limpiar bien de restos de hojas, ya que desde él salen nuevas raíces.


Próxima entrada

Veremos cómo obtener la pulpa y algunas formas de emplearla.

Ofrecimiento - Petición

Nuevamente desde el EkoVergel, ofrecemos plantitas de aloe para el que no tenga.
Si alguien tiene un aloe lleno de hijos, que no tiene donde plantar, los adoptamos.

Pon un aloe en tu vida, y si son varios mejor.

Libros para comenzar a informarse

  • "Curar y cocinar con Aloe Vera" de Petra Hirscher.
  • "Aloe Vera: La planta de las mil caras" de Marié Morales.

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